Padre celestial:
En el nombre de Jesús y guiado (a) por tu Santo Espíritu,
deseo ser obediente, fortaleciéndome en el poder de tu fuerza. Sé que esta es
tu voluntad y propósito para mí. Reconozco que es esencial vestirme con la
armadura que Tú me has provisto, amado Dios; y lo hago así ahora con gratitud y
alabanza. Porque me has proporcionado todo lo que necesito para permanecer en
victoria contra Satanás y su reino.
Me ciño confiadamente el CINTURÓN DE LA VERDAD, que tú me
ofreces, rechazo las mentiras de Satanás y sus caminos engañosos para
aprovecharse de mí. Deseo creer solamente la verdad, vivir la verdad, hablar la
verdad, y conocer la verdad. Te alabo y te adoro porque solo tú me conduces en
el camino de la verdad. Amado Jesús; porque tú eres (El Camino, La Verdad y La
Vida) y yo te he conocido.
Gracias por la CORAZA DE JUSTICIA, que tú me ofreces, la
acepto me la pongo como mi protección,
gracias por recordarme de nuevo que toda mi justicia viene de ti, delante del
Padre. Justicia que me es dada por mi fe, en el Señor Jesucristo.
Gracias Señor, Por CALZAR MIS PIES CON EL AFAN POR ANUNCIAR
EL EVANGELIO DE LA PAZ. Deseo que mis pies permanezcan en la sólida roca de la
paz que es Jesucristo. Reclamo la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento
y que guarda mi corazón y mi mente en Cristo Jesús Señor nuestro.
Señor elevo el ESCUDO DE LA FE para apagar todos los dardos
de fuego que Satanás y sus huestes me lanzan. Reconozco que tú eres mi escudo,
por fe pongo mi confianza en ti, para defenderme delante, atrás, encima, abajo,
derecha e izquierda; completamente cubierto (a) por ti, para que Satanás no
pueda encontrar ninguna forma de herirme, destruirme o impedirme que lleve a
cabo tu voluntad hoy. Porque (Tu eres escudo alrededor de mí, eres mi gloria y
el que levanta mi cabeza).
Reconozco que mi mente es un blanco de ataques para las
falsas mentiras de Satanás, por eso tomo el YELMO DE LA SALVACIÓN, y cubro mi
mente. Confieso que tengo la mente de Cristo y el Señor Jesucristo es mi salvación.
Con gozo tomo la ESPADA DEL ESPÍRITU, que es la palabra de
Dios. Afirmo que tu palabra permanece para siempre. Que tu palabra es mi arma
ofensiva contra el enemigo; es mi arma
defensiva. Decido creerla y vivir en su verdad y poder. Capacítame para
atesorar y amar tu palabra contra todos los ataques sutiles de Satanás, al
igual que mi Señor Jesucristo uso la palabra contra él, y lo venció. Jesús es
vencedor, y nosotros más que vencedores. Capacítame para usar tu palabra, reclamando
tus promesas que son mías, sabiendo que tus planes y tus pensamientos, para mí,
son de bienestar y esperanza.
Te adoro mi Padre Celestial, gracias por LA ARMADURA, tuya
para mí. Deseo obedecerte, estar conectado(a) a ti por siempre. Orando,
ayunando, meditando y guardando tu palabra, diariamente y en todo tiempo
profunda e intensamente, conforme al Espíritu Santo me guie. Necesito
fortalecerme en ti y en el poder de tu fuerza cada día. Mi amigo divino
Espíritu Santo, ayúdame, quiero ir de tu mano, siempre, dándote tu lugar para
ser un(a) vencedor(a) en vida en Cristo mi Salvador.

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